Se ha demostrado que el porcentaje de fracturas de tobillo intervenidas podría reducirse sustancialmente, pasando de más del 30 por ciento al 10 en el tipo de fractura más frecuente.
La clave es una rutina de tratamiento clara que beneficie tanto a los pacientes como a los cuidadores, según una disertación doctoral en el Universidad de Gotemburgo.
Esta tesis examina la forma en que se tratan las fracturas de tobillo en Suecia y la forma en que esto se ve afectado cuando se introducen pautas de tratamiento más estructuradas. En la actualidad, se carece de directrices nacionales para el tratamiento de las fracturas de tobillo, tanto en Suecia como en muchos otros países.
Las fracturas de tobillo son uno de los tipos de fracturas más comunes. Personas de todas las edades se ven afectadas, pero ciertos grupos se ven más afectados que otros. El mapeo que se ha realizado en uno de los estudios de la tesis se basa en 57.433 fracturas de tobillo registradas en el Registro Sueco de Fracturas en 2012-2022.
“Descubrimos que las mujeres sufren más fracturas de tobillo que los hombres y que la mayoría de las lesiones ocurren durante el invierno y son el resultado de una caída al mismo nivel, como resbalar en hielo o nieve, por ejemplo”, dice Emilia Möller Rydberg, estudiante de doctorado en el Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo y especialista en ortopedia del Hospital Universitario Sahlgrenska de Mölndal.
Varias ventajas de las nuevas rutinas de tratamiento para las fracturas de tobillo
Una fractura de tobillo grave puede requerir una nueva cirugía, mientras que una lesión menos grave, más parecida a un esguince, puede tratarse con una venda elástica. La disertación describe las dificultades involucradas en la clasificación de las lesiones y cómo esto abre la puerta a los juicios de médicos individuales y las rutinas que son habituales en un hospital individual.
Las rutinas de tratamiento estructuradas están diseñadas para crear evaluaciones más confiables y justas. Cuando Emilia Möller Rydberg estudió los datos de los pacientes del período anterior y posterior a la introducción de las directrices en el Hospital Universitario Sahlgrenska en 2017, los resultados fueron claros.
“Descubrimos que redujimos la cantidad de cirugías sin aumentar las complicaciones. La nueva rutina de tratamiento también ha llevado a una reducción en la cantidad de exámenes de rayos X, tiempos de yeso más cortos y un aumento en la cantidad de pacientes a los que se les permite ejercer todo su peso sobre sus yesos”, explica.
Menos intervenciones innecesarias y menos sufrimiento
Un aspecto en relación con el tipo de fractura de tobillo más común, el propio hueso del tobillo, consiste en diferenciar las fracturas estables de las inestables, ligado al grado de lesión del ligamento. En las fracturas estables, la cirugía se podría evitar en mayor medida y el porcentaje de cirugía se redujo de poco más del 30 por ciento al 10. Al mismo tiempo, el porcentaje de pacientes a los que se permitió cargar peso en el pie lesionado aumentó del 41 por ciento al 10 por ciento. 84.
“Es de esperar que estos estudios conduzcan a una atención más estructurada de las fracturas de tobillo en el futuro y a una reducción del número de operaciones innecesarias. Esto tiene el potencial de ahorrar los recursos del sistema de salud y hacer que la atención de los pacientes que sufren fracturas de tobillo sea más equitativa”, dice Emilia Möller Rydberg.
“Evitar una operación innecesaria, tener un yeso por menos tiempo y poder poner peso sobre el pie también tiene el potencial de aliviar el sufrimiento de los pacientes y acelerar su regreso al trabajo y las actividades. Examinaremos esto con más detalle en el futuro”, concluye.
Referencia: Título: Sobre las fracturas de tobillo,
Fuente: Universidad de Gotemburgo